Sabemos que el esquema de pensamiento de los funcionarios de las primeras líneas de los gobiernos PRO no sigue la lógica de los militantes populares, sino que es más parecida a la estructura de gerentes de una empresa privada.
Han dado muestras recurrentes de ello. El Ministro de Energía Aranguren justificó una aumento desmedido durante 2016 con la célebre frase "tenía que cumplir con una planilla de excell". La vicepresidenta Michetti dio de baja un importante número de contratos del Senado ni bien asumió, incluyendo discapacitados, que luego reincorporó a cuentagotas. El PAMI avanza en un importante recorte de prestaciones para que le den los números, para lo cual tiene que ajustar algo así como el 18% de sus gastos. Son ejemplos al azar, realizados sin búsqueda alguna, sino apenas recordando mientras se va escribiendo. Hay miles más.
La Ministra Stanley recortó más de 80.000 pensiones no contributivas por discapacidad. Conozco algunos casos de primera mano: una señora hipoacúsica que la cobraba, sufrió el recorte porque su esposo se jubiló por discapacidad siendo trabajador rural. El esposo cobraba menos de $ 6000, ella cobraba $ 4000, vivían con esos aproximados $ 10.000 (vivían es un decir). Con el corte de la pensión de la señora, deberían ¿vivir? con apenas los $ 6000 de su esposo, estando ambos imposibilitados de trabajar para cualquier tipo de changa.
Ejemplos como ese sobran. No es lo que motiva esta nota.
La motivación fue leer las declaraciones de la Ministra Stanley (hija del ex banquero Stanley del Citybank) al Diario Clarín: "en 2015, cuando no gobernábamos, se dieron de baja 168.000 pensiones, con los mismos criterios de hoy" (nota completa acá).
Seguramente los criterios no fueron los mismos, porque nadie recuerda que esa baja de pensiones (si es que se dio) haya generado ninguna manifestación pública de personas aisladas, organismos de discapacidad, medios de comunicación...
Siguiendo la lógica de la Ministra, que justifica el recorte escandaloso que realizó en que había abusos, el kirchnerismo -con los medios corporativos en contra- dio de baja 168.000 pensiones y no hubo repercusión alguna, pero el macrismo -con los medios corporativos a favor- recortó 83.000 pensiones armándose un lío mayúsculo.
Dos posibilidades: o bien la ministra mintió y el kirchnerismo no hizo esa baja en 2015 o bien el kirchnerismo hizo la baja de forma tan selectiva y correcta que no generó repercusión mediática porque no hubo reclamos.
Diría yo que los problemas de Stanley son otros:
1. no tiene política social, sólo continúa los programas que estaban vigentes al momento en que recibió el Ministerio;
2. con un contexto económico sustancialmente distinto al de los años anteriores para las clases populares, no ha definido ni implementado programas sociales que den cuenta de la nueva realidad económica que viven millones de argentinos;
3. se mueve en el área social con la misma lógica que sus colegas de gabinete (leasé Aranguren) avanzando en medidas que "si pasan, pasan" y si no se vuelve atrás;
4. no tiene la sensibilidad social ni la eficiencia para tomar estas medidas, funciona como un elefante en un bazar.
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