El peronismo parece encaminarse hacia la competencia electoral en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) con dos listas, básicamente por la insistencia de uno de los potenciales candidatos, Florencio Randazzo.
Randazzo ya dio señales que no suele moverse de sus posturas con flexibilidad cuando en 2015 no aceptó la candidatura a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Ahora, postula la (su) conveniencia de que el peronismo bonaerense dirima sus candidatos en una interna con dos listas, una de las cuales encabezaría.
Advertimos algunos riesgos para el triunfo general del peronismo bonaerense en octubre si dos listas compiten en las PASO de agosto:
- El más obvio. El peronismo no se caracteríza por las internas "civilizadas". La historia peronista está plagada de internas que se resolvieron de la peor manera posible, casi con una única excepción: la que determinó el triunfo de Carlos Menem sobre Antonio Cafiero para las presidenciales de 1989. El último antecedente es negativo, Aníbal Fernández y Julián Dominguez compitieron en unas PASO que poco ayudaron a retener el gobierno provincial hace apenas dos años. La tesis es que quien pierde la interna no se siente obligado a votar a quien la ganó en las elecciones generales. A lo que hay que sumarle que el nivel de agresividad durante la campaña pre-PASO no ayuda a sumar votantes independientes, lo cual termina siendo negativo para el espacio político en su conjunto.
- La otra posibilidad de que una interna juegue en contra del resultado de las generales de octubre tiene que ver con que el resto de los partidos políticos (básicamente Cambiemos y el Massismo) no tendrán interna. Eso puede hacer que votantes potenciales de esos espacios estén tentados de votar en la interna peronista en contra de la candidatura de Cristina Kirchner o de quien la suplante. Es la alternativa del odio. El odio es una fuerte máquina energética y nadie duda de que hay bolsones de odio hacia CFK. Una encuesta de Agora Consultores consultó a ciudadanos del área metropolitana de Buenos Aires (CABA+conurbano) sobre qué sensación les despertaría que Cristina volviera a ser Presidenta: un 13% dijo que enojo, un 22% dijo vergüenza. En esos sectores puede anidar el deseo de participar en la interna peronista para dañar a Cristina y/o sus candidatos. Ese voto favorecería a Florencio Randazzo en las PASO, pero... no lo acompañaría en la general. Aún en el difícil caso de que Randazzo triunfara tal vez no le alcanzaría para ganar la general.
Más allá de ambos riesgos a mi entender el juego de Florencio Randazzo no apunta hacia 2017. Randazzo debe saber que es muy difícil que obtenga el triunfo enfrentando a CFK. Especulará con que no se presente y ganarle a un "muletto" o bien con caer frente a Cristina pero obteniendo un porcentaje importante de votos. Si Cristina le gana a Randazzo las PASO, pero luego no triunfa en la general su ex-Ministro de Transportes queda en excelente lugar para mostrarse como la renovación interna del peronismo de cara a 2019 o 2023.
Como se ve ninguna de estas alquimias sirve para asegurar el triunfo que importa: el de las generales de octubre. No se trata de asegurar el futuro de un dirigente o de dirimir el liderazgo de una fuerza política, lo que se juega en estas elecciones primarias y generales es la posibilidad de frenar las políticas económicas y sociales que está imponiendo el macrismo, que llevarán -de no sufrir un revés electoral en este año- a aumentar la pobreza y la miseria entre los argentinos. Esperemos que los dirigentes estén a la altura de las circunstancias y del objetivo.
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