Comencé a bocetear una investigación sobre los hijos de los Nietos Recuperados, paralelamente llevo un cuaderno de investigación donde voy registrando algunas cosas que van surgiendo en mi cabeza. Esas son las que compartiré en esta serie de anotaciones, desprolijas y al boleo, de lo que espero que alguna vez sea "Bisnietos: hijos de los Nietos Recuperados". Acá la anotación número 1
El problema del
nombre.
En algún instante comencé a pensar lo
siguiente: si la Dictadura
nos dejó desaparecidos, sus Madres, las Abuelas de los niños nacidos en
cautiverio, algunos de los cuales fueron Nietos recuperados, y otros Hijos que
zafaron del cautiverio o la apropiación. Digo, si la Dictadura nos dejó esos
parentescos que un día se transformaron en instituciones, un día comencé a
pensar que después de los Nietos recuperados vendrían sus hijos.
Descubrí que algunos de aquellos Nietos
Restituidos ya tenían sus propios hijos al momento de la restitución. Entonces,
no por ser demasiado perspicaz, percibí que el cambio de identidad no sólo
afectaba al nieto recién hallado sino también a sus hijos, lo que me llevó a
pensar en la siguiente generación de víctimas directas de la Dictadura.
Aún no se me ocurre cómo llamarlos. Son
Bisnietos de aquellas Madres de la
Plaza de Mayo y de las Abuelas, Nietos de las y los
desaparecidos, Hijos de los nietos restituidos. El nombre no surge tan
fácilmente como pareció surgir a los colectivos que dieron origen a los
diferentes organismos de derechos humanos: Madres, Abuelas, Hijos.
Podríamos llamarlos Nietos, porque son nietos
biológicos de los desaparecidos. Pero la sociedad ha tomado como referencia a
las Abuelas de Plaza de Mayo, entonces llama Nietos a los hijos de los
compañeros desaparecidos.
He aquí un problema. El colectivo que estos
–todavía chicos o adolescentes- conforman no tiene un nombre que surja con
claridad y no sea ambiguo hacia la comprensión del lector. Como no sé de qué
manera llamarlos con precisión, por ahora, los llamaré hijos de los nietos
recuperados.
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